Rachael Wynn ha relatado su increíble historia a un periódico escocés. No solo quedó con el guayabo sino con una cuenta por US$850 en tiquetes aéreos.
Todo empezó un domingo en la mañana cuando Rachael fue invitada a un bautizo en la ciudad británica de Mánchester. Bebió durante todo el día en la celebración y luego se dirigió a la casa de unos amigos, uno de los cuales estaba de cumpleaños.
Una vez allí otros amigos que estaban en Ibiza le escribieron y le preguntaron si quería ir allí. Debido al alto nivel de alcohol no dudó en decir que sí y tomó un taxi que la llevó al aeropuerto.
Una vez allí tomó un avión hasta la isla española. Son unas dos horas y media de vuelo.
“Estaba completamente ebria. Había estado tomando todo el día en el bautizo. Cuando me senté en el avión me dije: ‘¿qué he hecho?’, pero ya era tarde”.
De repente se vio en Ibiza con el vestido de seda que llevaba en el bautizo y con solo un pasaporte y la tarjeta bancaria.
Intentó regresar pues ya era lunes en la mañana y se suponía que debía estar en su trabajo, así que debió telefonear a su jefe y explicarle la situación.
“Le dije que solo podría conseguir vuelo hasta el miércoles. No le hizo mucha gracia y me dijo que debía presentarme a trabajar antes de eso”, relató Wynn.
Para terminar de completar la historia, Rachael tuvo que quedarse en el cuarto de hotel de una amiga. Esta salió para ir a la playa. Cuando la joven se levantó para ir a comer algo se quedó por fuera de la habitación.
Empezó a caminar por las calles aledañas preguntando si alguien hablaba inglés y casualmente se encontró con un grupo de chicas vecinas suyas en su natal Salford.
Ellas le prestaron ropa y productos de aseo y le dejaron usar su ducha.
Intentó comprar tiquetes para ese mismo día con varias compañías, pero solo logró encontrar espacio en un vuelo del siguiente miércoles.
“Mi jefe no estaba nada feliz. Pero es un buen jefe y una gran compañía. Estaba un poco decepcionado, pero espero que pronto le vea el lado divertido a esto”, reflexiona.
“Es la cosa más estúpida que he hecho en mi vida”, añade.
La desafortunada aventura le costó a Rachael unas 700 libras, cerca de US$850. Pero al menos tendrá algo divertido qué contar a sus nietos.
Updated: agosto 28, 2019 12:13 p. m.