Jeffrey Adam es un artista innato que encontró cómo hacer increíbles obras de arte a partir de las tapas de las botellas que consumían los clientes que atendía en un bar.
Su amor por el arte inició en 2008, pues “notó la hermosa variedad de colores (tapas) que tiraba con cada botella que destapaba”.
Pasó cerca de 6 años ideando cómo emplear aquellas tapas que había reciclado, pues sabía que para poderlas utilizar tenía que crear obras gigantes.
Con pruebas y errores, desarrolló diferentes técnicas que le permitieron manipular las tapas y crear increíbles obras.
Con más de 350.000 tapas de botellas, Jeff ha creado más de 150 mosaicos.
Desea que su obra de arte inspire la creatividad de la gente para que piensen en maneras alternas de reciclar artículos de un solo uso y así los conviertan en objetos de valor.
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