Nipapron Meeking, una mujer de 32 años que reside en Rayong, Tailandia, quiso hacerse un procedimiento estético en las cejas, pues quería que tuvieran más color y estuvieran definidas.
Meeking detalló que fue a un centro estético para que le tatuaran sus cejas, pero, cuando el especialista terminó, ella quedó pasmada.
Se vio al espejo y notó que tenía cuatro cejas, dos tatuadas más arriba de sus vellos naturales.
En vez de seguir la forma natural de sus cejas, dibujó bruscamente unas nuevas encima de ellas.
De inmediato, le solicitó arreglar lo que le había hecho a su rostro, pero debió esperar unos cuantos días para que lo solucionara.
A pesar de que el tatuador le había prometido quitarle el diseño, cuando fue a cumplir la cita, se encontró con que el lugar había cerrado.
Intentó buscar ayuda con otros expertos, pero ninguno le pudo colaborar.
La experta Pattawee Phumkasem conoció su historia y le hizo un procedimiento completamente gratuito.
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