Le echaron agua, le hicieron masaje cardiaco y le suministraron oxígeno durante 20 minutos, a la espera de un milagro para esta mascota.
Todos los residentes de la vivienda que se incendiaba habían logrado salir, menos uno: el más indefenso. Los bomberos lo sabían e irrumpieron con una misión: encontrar y salvar la vida del pequeño perro, si es que no era demasiado tarde.
Lo hallaron vivo, pero inconsciente. Jorge Díaz lo tomó en sus brazos, corrió por las escaleras y lo sacó de la vivienda para darle los primeros auxilios. Los bomberos lo llaman “los diez minutos de la vida”.
El animal había inhalado tanto humo, que su aspecto era el de un moribundo, pero los bomberos no perdían la esperanza.
Casi media hora después de su rescate, el perro comenzó a respirar por sí mismo. ¡Lo habían logrado!
La escena fue captada en primera persona por Jorge Díaz a través de la cámara instalada en su casco de bombero, en la Calle Historiador Jaén Morente, en Córdoba, España.
Lo último que se supo es que el perro había sido remitido a una clínica, donde se recuperaba. “Encantados de salvar una vida”, dijo Díaz a un medio local. Final feliz.
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