Al excéntrico empresario Guerman Stérligov se le vio dentro de una olla hirviente, mientras hablaba de los efectos terapéuticos de su cocción.
Su video incendió literalmente las redes sociales, donde algunos criticaron esta práctica de cocinarse vivo.
Stérligov aseguró que lleva tiempo dándose este chapuzón al que consideraba el mejor remedio para “todas las enfermedades”.
Hierbas y sales fueron el complemento de su receta que -dijo el empresario- solo se puede hacer en una olla de cobre como la que él usaba. La suya, agregó, tiene dos siglos de existencia.
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Guerman Stérligov se hizo rico promoviendo conciertos callejeros, pero sus millones llegaron al crear la primera bolsa de valores de Rusia.
Hoy, este millonario vende ataúdes de lujo y algunos de los productos de panadería más caros en su país.
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Un ortodoxo cristiano tan adinerado como excéntrico.