Davide Morana se preparaba para competir en un triatlón, cuando una meningitis bacteriana atacó su organismo y tuvieron que amputarle sus brazos y piernas.
Días antes, este joven italiano de 24 años que residía en España hacía su vida con normalidad: iba a clase por la mañana, trabajaba por la tarde y encontraba tiempo libre para nadar, correr, cocinar y estar con sus amigos
En enero pasado, Davide fue a urgencias aquejado de malestar general y fiebre. Después de seis horas de espera y con resultados normales en el análisis de sangre y orina, se fue a casa con un diagnóstico: gripa.
La fiebre, sin embargo, no cedió. Comenzó a vomitar. Se sentía sin fuerzas. Notó que le empezaron a salir manchitas de color café y rosado en el rostro y en los pies, estos últimos, congelados y adoloridos. Tuvo que ir de nuevo al hospital.
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“No teníamos la más remota idea de qué podía significar este nuevo síntoma, no comprendíamos nada de lo que estaba pasando. Él se sentía literalmente morir, se estaba apagando”, recuerda su familia.
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Las manchas se tornaron moradas e invadían todo su cuerpo, mientras Davide se retorcía del dolor. En cuestión de horas, el joven estaba en fallo multiorgánico y con escasas posibilidades de sobrevivir.
“De 24 a 48 horas. Era el tiempo en el que su cuerpo decidiría entre la vida y la muerte. Pero Davide quería vivir, y sus ganas de vivir vencieron esta guerra”, se lee en el diario publicado en su página oficial donde se narra en detalle su historia.
“Pero no todo eran buenas noticias. Los riñones no funcionaban y las manchas moradas se habían convertido en algunas zonas en grandes ampollas que explotaban y rompían la piel, en otras partes en grandes placas negras. Empezaron diciendo que habría que amputar los dedos de manos y pies, pero que el resto de su cuerpo no estaba en peligro. Sin embargo, la necrosis avanzó y hubo que actuar con rapidez”, relata en su página.
Fue sometido a la amputación de sus cuatro extremidades.
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Davide permaneció hospitalizado 87 días, además de las amputaciones, debió soportar otras operaciones para realizarle injertos de piel ya que grandes superficies de su cuerpo estaban dañadas, quemadas o convertidas en placas necróticas.
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“Y a pesar de todo lo sufrido, confiesa que no consigue ser negativo, que solo puede sentirse agradecido por estar hoy aquí. Y es que Davide ha hecho fácil lo (extremadamente) difícil. Desde la camilla, de camino al quirófano para ser amputado, nos guiñaba el ojo, lanzaba besos y nos sacaba la lengua. Sus bromas ''hoy he dormido a pierna suelta'', ''te daría un apretón de manos pero no me quedan'', nos hacían morir de la risa. Ha hecho grandes amigos en el hospital y ha contagiado su buen humor y sus ganas de vivir a todo el personal”.
Davide Morana es la muestra de que la vida es tan grande o insignificante como se aprenda a ver. Y que, sin duda, ningún ser humano es indestructible.
“De repente entra en escena una bacteria, una cosa microscópica llamada meningococo, capaz de matarte en cuestión de horas. Una bacteria terrible, fulminante, voraz, que afortunadamente no se llevó por delante la vida de Davide”.
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Han pasado cuatro meses desde su caída y por primera vez Davide vuelve a caminar. Un video publicado en su cuenta de Instagram muestra sus progresos.
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Y es que gracias a una campaña que se ha hecho mundial a través de las redes sociales, se han recolectado fondos de ciudadanos anónimos para ayudar en la rehabilitación de este joven, así como en la fabricación de unas prótesis especiales que le permitan ganar cada vez más independencia.
Vea también en Lo Más Trinado:
-Parto inesperado de perra-guía en sala de espera del aeropuerto de Tampa, Florida (EE.UU.):
All done! #AirportPuppies @FlyTPA @CityofTampa pic.twitter.com/NIoXr0HCZW
— Tampa Fire Rescue (@TampaFireRescue) May 25, 2018
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