Los gatos son animales fascinantes. Sin embargo, no siempre entendemos sus señales y preferencias, y a veces podemos incomodarlos o molestarlos con nuestros gestos de afecto.
Uno de ellos es el abrazo, que para muchos humanos es una forma de expresar cariño, pero que para algunos gatos puede ser una tortura.
Los gatos son depredadores, por lo que necesitan sentirse libres para poder escapar o defenderse de cualquier amenaza. Cuando abrazamos a los felinos, esto puede provocarles estrés y ansiedad.
Además, los gatos son animales independientes y territoriales. No les gusta que los invadan o restrinjan y prefieren acercarse a nosotros cuando ellos lo desean.
A través de sus orejas, ojos, cola y postura, los gatos nos indican su estado de ánimo, sus intenciones y sus necesidades. Cuando los abrazamos, podemos ignorar estas señales y generar malentendidos.
Pero no todos los gatos odian los abrazos. Algunos pueden disfrutarlos dependiendo de su personalidad y vínculo con las personas.
La clave está en conocer a nuestro gato y respetar sus preferencias. Debemos observar sus señales y dejarlo ir cuando él lo desee.
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