Luego de años de servicio, bajo un riguroso entrenamiento, la fuerza pública impulsa una campaña para que puedan vivir el retiro como mascotas.
Ahora su paso es lento, las canas hablan de su edad, y la necesidad de reposo, evidencian su esfuerzo. Cafú, ya tiene 11 años, y si pudiera hablar contaría con orgullo cada uno de sus logros: con su agudo olfato y destreza le ha propinado contundentes golpes al narcotráfico.
Ahora, tres años después de su retiro, busca un hogar. Él hace parte del programa ‘Adopta un héroe’ de la Policía Nacional.
Héroes de cuatro patas
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“Desde el momento en que se concibe la gestación garantizamos todo el cuidado y a su vez empezamos con la primera fase que es el estímulo o la estimulación temprana en nuestras madres gestantes”, explica el teniente Guillermo Cárdenas Riaño, médico veterinario y jefe del criadero canino.
Todos los detalles son minuciosamente cuidados. Los padres debe ser ejemplares con habilidades excepcionales, que trasfieran las aptitudes a sus crías.
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“Desde antes de que abran los ojitos se les realizan esos estímulos, que son superficies frías, superficies calientes, se les realiza un proceso que se llama biosensor que son estímulos en posiciones neonatales con el fin de estimular en ellos condiciones de adaptabilidad y de fácil aprendizaje”, señala cárdenas.
Aprendizaje que se hace a través de los estímulos positivos: “empiezan desde el primero mes, hasta el cuarto mes de edad, durante esos tres meses el estímulo necesario y básico es juego y juego”, asegura el teniente.
Cuando su amor por el juego es contundente y tras detectar las competencias del canino, empieza el entrenamiento para su especialidad.
“Una vez llegan a la escuela seguimos intensificando los instintos del perro y creando un vínculo con el futuro guía que va a desempeñarse en la parte operativa”, indica el intendente Jeison Cardona, instructor de guías de la Policía Nacional.
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En esta etapa es cuando también tienen contacto con los olores que deberán rastrear el resto de su vida. Para el entrenamiento se usan los llamados seudos: aromas artificiales a drogas, explosivos y de cadáveres entre otros, creadas en laboratorio y que no implican ningún riesgo para el canino.
“Esa idea de que a los perros los drogamos o los volvemos adictas a algunas sustancias es falso. Aquí el perro está trabajando es por ese motivador, manejamos tres tipos de recompensa en este caso el material que es la pelota o comida, una recompensa auditiva que es lo que está haciendo el guía decirle muy bien mi perro, excelente y tenemos una recompensa sensitiva que es cuando acariciamos al perro, le estamos dando a entender con eso que lo que hizo, lo hizo muy bien” dice Cardona.
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La Policía Nacional cuenta con las especialidades de detección de explosivos, narcóticos, fauna y flora silvestre, detección de papel moneda, tabaco, licor y búsqueda y rescate. Son binomios heroicos que entregan y arriesgan sus vidas para preservar las nuestras y en el caso de estos amigos de 4 patas tras 8 años de servicio, llega el buen retiro.
Desde el año 2017, la Policía Nacional puso en marcha el programa ‘Adopta un héroe’, desde entonces, 213 perros policías han sido otorgados a familias para que el resto de su vida la vivan como mascotas.
“Ellos dieron todo durante su servicio, es una forma de recompensar cada uno de esos esfuerzos que nos han brindado y llenar la casa de amor”, asegura el instructor.
Así como Cafú, que ya tiene 11 años, y durante 8 años le entregó a la patria su vitalidad, ahora junto a 150 perros retirados más, espera un hogar.
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