La bebé de 14 meses empezó a vomitar intensamente a tal punto que llegó a descompensarse.

La mamá de la menor, Hannah Rief, comentó al medio TODAY que creía que su hija estaba enferma debido a que había comido algo en mal estado.

Tal era el malestar de la bebé Letty que empezó a vomitar cada 30 minutos. Su mamá la llevó al médico, pero allí tardaron en brindarle un diagnóstico.

Le hicieron exámenes y no notaron que algún objeto obstruyera el intestino, así que determinaron que estaba padeciendo un virus, le recetaron medicamentos para que dejara de vomitar y le dieron de alta.

Pasaron unas horas, pero Letty seguía vomitando frecuentemente. Los médicos le indicaron a Hannah que se trasladara al hospital infantil más grande de la ciudad donde residen, Omaha, Estados Unidos, pues no hallaban la causa del alarmante síntoma.

Le realizaron una tomografía computarizada y en esta se vio una bola de 2 cm en el intestino delgado.

Debido a que tenía un color medio transparente, los médicos no podían identificar qué era.

Hannah intuyó que la niña se había metido algún objeto a la boca y que se lo tragó. Le informó a los médicos, pero los expertos creyeron que podía ser algo congénito (que nació dentro de ella).

Al ver que la niña no mejoraba, decidieron someterla a una cirugía que duró cerca de 3 horas.

Al interior del intestino delgado hallaron una bola de hidrogel naranja. La madre cree que la niña la tomó pensando que era un dulce.

Hannah detalló que a su hija mayor, quien tiene 14 años, le regalaron unas bolas de hidrogel para jugar, pero debido a que estas se cayeron en la alfombra ella decidió esperar a que se “secaran” para aspirarlas.

Hannah advierte a otros padres de familia para que tengan cuidado con este tipo de “juguetes” para los niños, pues por poco pierde a su hija.

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