Un extrabajador del café del hospital Puerta del Mar en la ciudad de Cádiz, España, denunció ante las secciones sindicales Autonomía Obrera y CGT a la compañía Eurest Colectividades, dueña del restaurante, porque consideró que lo despidieron injustificadamente.
Explicó que la empresa lo unió a él y sus compañeros a un grupo de WhatsApp para informar constantemente cuáles actividades estaban desarrollando.
Según su relato, citado por el medio Diario de Cádiz, por WhatsApp la empresa brindaba instrucciones a los empleados, la planilla de actividades y las zonas asignadas de trabajo.
El pasado 6 de julio, el hombre, de 50 años y padre de familia, decidió abandonar el grupo porque -dice- sus empleadores empezaron a pedirle a él y a sus compañeros videos y fotos de las tareas realizadas.
El sujeto argumentó que la empresa no podía incluirle en el grupo sin su consentimiento, así que él podía retirarse cuando quisiera.
Tras su salida, de acuerdo con el sindicato, el empleado “recibió presiones para volver (al grupo)”.
Al no brindarle ninguna respuesta a sus empleadores, estos lo volvieron a buscar el 7 de julio exigiendo una explicación y, nuevamente, el ingreso al grupo.
Para el 10 de julio, lo convocaron a una reunión y le indicaron que era obligatorio que se uniera al chat y él se negó nuevamente diciendo que “el número de teléfono asociado al grupo de WhatsApp era personal y no de la empresa”.
Con el paso de una semana, según la denuncia, se le comunicó que quedaba despedido por “la mala situación económica de la empresa y la necesidad de amortizar su puesto de trabajo”.
El grupo sindical informó que los motivos del despido los consideraron como “falsos” debido a que ha habido “ampliaciones y sustituciones con posterioridad al despido”.
Además, indicaron que, de acuerdo con la ley, al empleado se le vulneró su derecho a la desconexión digital y al respeto de su intimidad. La justicia analiza el caso.
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