Uno de los animales más exóticos

El gigantesco cassowary o casuario, que suele medir hasta 2 metros de alto y pesar 60 kilos, es nativo de los bosques tropicales de Australia y Nueva Guinea

Su apariencia se compara a la de un dinosaurio

Ciertas características físicas de los casuarios son sumamente llamativas. Puede que sus patas sean el factor más interesante, ya que son similares a los reptiles que vivieron en la Tierra hace millones de años

¿Por qué son tan peligrosas?

De acuerdo al Libro Guinness de récords mundiales, las patas de estos animales son sumamente poderosas debido a su dedo en forma de garra que alcanza longitudes de hasta 12 centímetros

Parecen dagas

En el año 2019 un hombre en Florida, Estados Unidos, falleció debido al ataque de un casuario que tenía en su propiedad. El zarpazo de sus garras puede llegar a causar daños en los órganos y provocar una hemorragia

Fueron criados por humanos hace 18 mil años, según estudio

La profesora asistente de antropología y estudios africanos en la Universidad Estatal de Pensilvania, Kristina Douglass, sugirió que los primeros humanos pudieron haber recolectado los huevos de las aves que estaban a punto de eclosionar

Los investigadores creyeron que los casuarios que trataron de ser “domesticados” eran de la clase pequeña, considerados “enanos”

Según el estudio de Douglass, publicado en Proceedings of National Academy of Science de los Estados Unidos, es muy probable que el cassowary haya sido la primer ave en ser “manejada” por los humanos

Tipos de casuario

Los originarios de Australia y Nueva Guinea se dividen en tres categorías: del sur, del norte y enano

Las diferencias físicas son mínimas

En el caso de la primera mide entre 1,5 a 2 metros, la segunda se encuentra en un rango de 1,5 a 1,8 metros y la tercera alcanza alturas de hasta 1,3 metros

“Esta no es un ave pequeña, es un ave enorme, malhumorada y no valorada que puede destriparte”

Así es como la profesora Douglass la ha calificado. No es la única en pensar aquello, expertos recomiendan mantenerse al margen y resguardar el hábitat de los casuarios

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