Durante la pandemia del COVID-19, la británica Michelle Sword subió algunos kilos, así que buscó inyecciones para bajar de peso en internet.
En 2020, encontró una “inyección mágica” que le ayudó a obtener los resultados deseados. Tres años después, intentó volver a conseguir el fármaco, pues nuevamente deseaba pesar menos.
La inyección que utilizaba era para tratar la diabetes, pero debido a que esta se había popularizado, sabía que sería difícil volver a encontrarla.
Le comentó al medio New York Post que estuvo buscando bastante aquella inyección, hasta que por fin "pudo encontrarla por internet".
“Sabía que ahora era muy popular (la inyección) y que sería más difícil de conseguir, pero aparecía en las noticias todo el tiempo. Me comuniqué con esta empresa y les pregunté si era el medicamento oficial para bajar de peso y me dijeron que sí”, contó.
“Se veía exactamente igual y dos días después estaba en mi puerta. No me hicieron preguntas médicas y ni siquiera querían saber cuánto pesaba”, dice sobre algunos de los detalles que se le hicieron extraños tras adquirir las inyecciones.
No prestó atención a las alertas y procedió a inyectarse. Pasaron unos cuantos minutos y empezó a sentirse mal, a tal punto que se desmayó.
Los paramédicos procedieron a atenderla, pero parecía que no reaccionaba a ningún estímulo que le practicaban. Estaba grave.
La trasladaron al hospital y, tras una serie de exámenes, allí le informaron que se había inyectado una dosis de insulina pura, lo cual le había provocado convulsiones.
“Los médicos me confesaron que nunca habían visto sobrevivir a alguien con un nivel de azúcar en sangre tan bajo”, comentó.
Ahora comparte su testimonio para evitar que alguien más ponga en peligro su salud por intentar bajar de peso. “No vale la pena perder la vida por nada. Nunca volveré a hacer algo así. No jueguen con la vida”, concluyó.
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