Familias cuyos seres queridos murieron por excesos de fuerza policial se manifestaron este viernes en una calle de Miami para exigir justicia. Entre ellos había amigos y familiares de dos jóvenes colombianos que perdieron la vida en 2012 y 2013.
El adolescente de origen colombiano Sebastian Gregory recibió siete disparos cuando caminaba por una calle de Kendall, en ese estado. Sobrevivió, pero tuvo graves complicaciones de salud que lo llevaron a quitarse la vida tiempo después. Sin embargo, el agente fue absuelto.
Ahora, la familia de Sebastián exige que el caso sea reabierto y pide un juicio justo.
Otros clamaron por el joven artista colombiano Israel Hernández, quien en 2013 murió tras ser impactado en el pecho con una pistola eléctrica cuando intentaba huir de la Policía, que lo perseguía porque pintó un grafiti. La Fiscalía no presentó cargos contra el oficial.
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Organizaciones de derechos humanos señalan que tan solo en lo que va corrido de este año se han registrado 576 muertes por causa del abuso policial en Estados Unidos.