El pasado mes de octubre, Lucy Wild, de 29 años, se despertó debido a que escuchó un extraño crujido.
Luego, a la oriunda de Cheshire, en Reino Unido, le empezó a picar el oído, por ello pensó que se trataba de cera.
Utilizó un dispositivo electrónico de limpieza para intentar remover la suciedad del oído, pero, por medio de una pequeña cámara que tenía el equipo, se dio cuenta de que no se trataba de cera, sino de una araña.
“Estaba intentando sacarla (la araña). Llamé al número de emergencia, me puse aceite de oliva tibio en la oreja y la saqué. Estaba cubierta de aceite y tenía el tamaño de la uña de mi bebé, alrededor de un centímetro”, comentó la mujer a la agencia de noticias SWNS, citada por el medio New York Post.
Minutos después se percató de que el oído le sangraba y que le costaba escuchar bien. Un médico le recetó antibióticos, pero la molestia no disminuyó, así que volvió a revisarse con el dispositivo y encontró algo aún más aterrador.
Ante el miedo de que tuviera una araña más grande en el oído, asistió a un centro médico y allí le informaron que se trataba de un nido de arañas.
Para eliminar el nido de arañas, los doctores debieron succionar la masa del oído, lo cual Lucy describió como “el dolor más insoportable” que había experimentado.
“Vomité cuando me hacían el procedimiento porque fue muy doloroso. Prefiero volver a tener un parto o una cesárea”, reveló.
Algunos expertos, como la Sociedad Aracnológica Británica, dudan que la masa negra que tenía la mujer se tratara de un nido de arañas, pero revelaron que estudiarán el caso.
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