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En el zoológico de Rosamond Gifford ocurrió este curioso hecho. El polluelo de pingüino, que nació el primero de enero de 2022, es ahora criado por dos aves marinas macho
De acuerdo a un comunicado de prensa, los tiernos pingüinos formaron un vínculo de pareja en la temporada de reproducción de otoño. De las 28 aves que existen en la colonia del zoológico, estos dos animales se escogieron
Es la primera vez que el zoológico depende de padres adoptivos del mismo sexo para incubar un huevo
Elmer, de 6 años, y Lima, de 3, fueron escogidos para ser los incubadores, debido a que en el zoológico existe evidencia de que las dos parejas reproductoras rompen los huevos fertilizados
Con el fin de permitir que los huevos tengan una mejor oportunidad de incubar un pollo, los cuidadores decidieron cambiar los cigotos reales con falsos a los pingüinos que los rompían
En 2020, los pingüinos Luis y Calypso (pareja de diferente sexo) también cuidaron de una cría adoptiva. Los progenitores fueron Rosalita y Juan, pero debieron quitarles el huevo porque lo más probable era que estos lo rompieran
Lo más curioso del caso no fue que los pingüinos lo adoptaron como suyo durante su incubación, también luego de esta. Cuando eclosionó, lo alimentaron y cuidaron
Luego de hacer pareja, “Elmer y Lima construyeron un nido y defendieron su territorio”, se lee en el comunicado. Al ver esta reacción de ambos pingüinos, decidieron probar suerte y ver sus “capacidades de crianza”
fue la declaración que dio el director del zoológico, Ted Fox, cuando le preguntaron por qué los escogió. Contó que no solo es tener el huevo, pues muchas parejas cuando se les entrega uno se pelean por quién se va a sentar o lo dejan a un lado
Luego de que la pareja de Poquita y Vente tuvieran un huevo, quienes están a cargo del zoológico decidieron colocar dicho objeto en el nido de Elmer y Lima
Fox mencionó que ambos se turnaron para incubar al huevo hasta su eclosión. Luego de esto, han mantenido con calor y alimento al pequeño pingüino
El director del zoológico argumentó que, en muchos casos, los núcleos familiares no tradicionales hacen un “trabajo maravilloso en la crianza de los niños”.
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