A pesar de que su mañana no comenzó nada bien, el día de Jennifer Vernancio terminó con una feliz e inesperada sorpresa.

La madre de dos hijos, un niño de 3 años y un adolescente de 16, trabaja en el restaurante The Big Cheese & Pub (en Rhode Island, Estados Unidos) desde hace tres años y medio.

La mujer le contó al medio WGXA NEWS que en ciertas ocasiones no puede llevar a su hijo menor al jardín y debe contratar a una niñera, pues cuando hay brote de gripe debe evitar a toda costa que su niño se contagie.

“Estaba teniendo una mañana terrible. No pude encontrar una niñera. Había un niño en la guardería que estaba enfermo, así que no pude dejar a mi hijo. Se suponía que debía estar en el restaurante a las 11 a. m. Me dijeron que entrara cuando tuviera una niñera”,

relató.

Compartió que no encontró a alguien que le ayudara con el niño, por ello, debió esperar a que su hijo mayor saliera del colegio para que él se quedara con su hermano. Fue solo hasta ese momento que pudo dirigirse hacia su trabajo.

Decidió que los contratiempos del día no impedirían que fuese una buena jornada laboral.

“Mi primera mesa del día fue un superamable caballero y su esposa. La mañana estresante terminó siendo un día increíble”,

compartió.

Solo pidieron unos sánduches

Al terminar de comer, la pareja se levantó, dejó el dinero en la mesa y el hombre le dijo a Vernancio que tuviera un buen día. Ante las amables palabras del caballero, la mesera le deseó lo mismo.

Cuenta que se dirigió a la mesa para recoger los platos y en ese momento fue donde halló un cheque donde indicaba que le dejaban una propina de $810 dólares ($3.296.400 pesos). No podía creer que le hubiesen dado tal suma.

Al no conocer el nombre de las personas que le alegraron el día, le dio las gracias a la pareja a través de los medios locales. Afirmó que con la propina le compró a sus hijos algunas prendas, juguetes y también pagó sus cuentas pendientes.

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