Sarah Gad, una abogada que recientemente ganó su primer caso por asesinato, no tuvo una vida fácil durante su juventud, pues, debido a que padecía una adicción a los opioides, entró a prisión en varias oportunidades.
Según el medio Fox 9, Gad tuvo siete condenas por delitos graves con drogas. Vivía entrando y saliendo de las cárceles de Pensilvania y los condados de Hennepin y Cook.
“Me golpearon, me apuñalaron, me violaron y me pusieron en confinamiento solitario cuando mi familia comenzó a denunciar mi caso”, contó.
Su caso llegó a oídos de la abogada Kathleen Zellner, quien le brindó la oportunidad de trabajar con ella en su bufete a pesar de que aún estaba lidiando con su adicción a las drogas.
Entró a estudiar Derecho a la Universidad de Chicago y pudo pagar la facultad gracias a un acuerdo que recibió del condado de Cook.
Mientras cursaba su carrera, debió atravesar un proceso por uno de sus delitos. Un juez del condado de Hennepin recalcó que Sarah era una “reincidente en serie que no podía ser rehabilitada”.
“Pero el juez me dijo: ‘Bueno, ella contó que ingresó a la facultad de Derecho… le daré el beneficio de la duda’. Yo comencé la carrera con un monitor de tobillo”.
Logró graduarse de la universidad en 2020 y obtuvo su licencia para ejercer en 2022.
Recientemente, estuvo detrás de la defensa de un hombre condenado por asesinato. El sujeto quedó en libertad debido a que se retiraron los cargos.
En medio de esta defensa, Sarah se reencontró con aquel juez que le dijo que nunca se rehabilitaría.
Al preguntarle qué hacía allí, Sarah le respondió: “Ya sabes, estoy trabajando”.
Tras su rehabilitación, Sarah ha estado trabajando constantemente, tanto así que ha manejado 21 casos, de los cuales ninguno ha llegado a juicio.
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