Gracias al Centro Nacional para Niños Desaparecidos y Explotados (NCMEC, por sus siglas en inglés), Othram Labs y varios socios, lograron identificar a la pequeña que enterró la comunidad de Yavapai en Arizona en 1960: Sharon Lynn Gallegos.
Luego de que un profesor descubriera los restos de la pequeña en Arizona, las autoridades creyeron de inmediato que podía ser Sharon, pues 10 días antes la menor había sido secuestrada por una pareja que la había estado acosando. Lo último que se supo fue que se la llevaron a rastras en un auto verde.
NCMEC descartó que fuese Sharon porque la descripción del vestuario y apariencia del cuerpo encontrado eran diferentes. Incluso, parecía mayor a una persona de 4 años de edad. Sus uñas estaban pintadas de rojo, tenía pantalón blanco, una blusa a cuadros y sandalias de hombre que fueron cortadas a su medida.
Al no poder identificar sus restos calcinados optaron por nombrarla 'Pequeña señorita nadie'. La comunidad se unió y recaudó dinero para su ataúd azul pálido, todo con el fin de que no fuese enterrada en una tumba con habitantes en condición de calle.
En 2013, ante la apertura de la Unidad de Servicios Forenses (FSU, por sus siglas en inglés), la oficina del alguacil se acercó para lograr identificar quién era la niña que habían enterrado tantos años atrás.
Tal era la complejidad del caso que debieron acudir a consultores expertos en casos de niños desaparecidos, a la Universidad del Norte de Texas para los análisis de ADN, un examen antropológico, odontólogos forenses, algoritmos de reconstrucción facial y páginas web para compartir el resultado del cómo era su pequeño rostro.
Gracias al enlace que tiene el NCMEC con el FBI recolectaron ADN de un medio hermano de la menor que vivía en Alemania. La muestra y el ADN de los huesos de la menor se cargaron a Family Tree DNA (empresa de pruebas genéticas) para hacer la comparación.
Ahora, con la plataforma Othram Lab, pudieron determinar que aquella 'pequeña señorita nadie' era Sharon. Tal fue el éxito de este caso que, a pesar de que se resolvió más de 6 décadas después, es considerado como un “hito importante en nombre del NCMEC, ya que es la identificación más antigua que han tenido”, así lo afirmó la administradora de casos forenses que trabajó en la investigación, Ainsley Cotter.
Aún esperan conocer quiénes estuvieron detrás del secuestro de Sharon.
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