Sibongile Mani, una estudiante de contabilidad de la Universidad Walter Sisulu en Mthatha, Sudáfrica, creyó “haberse ganado la lotería” al recibir $974.690 dólares de un auxilio económico.
La joven no notificó a la empresa que le administraba la ayuda financiera para la compra de comida y libros sobre la cantidad de dinero que le había sido depositado, tan solo se dedicó a gastarlo.
Sus conocidos empezaron a notar que Mani compraba vuelos en primera clase, ropa de diseñador y regalaba iPhones nuevos a sus amigos, con quienes salía a costosas fiestas.
Para el Congreso de Estudiantes de Sudáfrica fue sospechoso los movimientos que estaba realizando la joven.
Mani botó un recibo en una tienda local donde se indicaba que tenía $974.690 dólares en su poder.
Cuando el subsecretario de rama del Congreso de Estudiantes lo supo, la denunció ante el Plan Nacional de Ayuda Financiera de Estudiantes.
Fue arrestada por la Unidad de Delitos Comerciales Graves y acusada de no informar el error y derrochar el dinero.
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