Marissa Smith padeció tumores en el cuello uterino y en el útero. En 2018, fue diagnosticada con cáncer y, por ello, debió someterse a un tratamiento para salvar su vida.
Tras pasar por el quirófano 17 veces y tener que haber vivido varios procedimientos para recuperar el útero, se enteró de que había quedado infértil.
Acudió a la fertilización in vitro junto a su pareja, pero no pudieron embarazarse. Tras los intentos fallidos, optaron por un embarazo subrogado.
compartió esta mujer canadiense al medio New York Post.
A través de redes sociales, instó a una comunidad de concepción asistida para que la guiaran. Allí, encontró a Ariel Taylor.
La mujer le dijo a Marissa que a ella le “encanta estar embarazada”, pero que no quería otro bebé propio.
Marissa le pidió a Ariel si podía prestarle su vientre para engendrar a su bebé.
Tras algunos intentos, en octubre de 2022, el embrión fertilizado de Marissa y de su esposo se trasplantó con éxito al útero de Taylor.
dijo Marissa, quien le dará la bienvenida a su hijo el 9 de julio.
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