El funcionario y sus acompañantes se metieron en ataúdes para esconderse de los uniformados, pero el plan no les funcionó.
Se trata de Jaime Urbina Torres, mandatario de Tantará, en Perú, quien decidió salir con un grupo de amigos a beber licor.
Cuando llegó la Policía, se escondieron en féretros sin tapa creyendo que los confundirían con muertos por el coronavirus. Sin embargo, fueron descubiertos y llevados a la comisaría.
Este hecho tiene al alcalde en el ojo del huracán ya que no ha sido la única irresponsabilidad que ha cometido a lo largo de la pandemia, pues el pasado 9 de mayo tuvo que ser obligado a asistir a una reunión de emergencia en la Plaza de las Armas de Tantará.
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Los habitantes del municipio denuncian que Jaime Urbina Torres se ha desentendido de la emergencia del coronavirus y dicen que solo ha estado ocho días en la región desde que empezó la cuarentena en Perú.
Por su parte, Urbina asegura que solo ha salido de la localidad para hacer gestiones.
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