La víctima era un tío del joven de 17 años. Autoridades encontraron que los atacantes tenían cuadernos con dibujos y frases de asesinatos.
Un multitudinario velorio despidió este jueves a los fallecidos en la matanza perpetrada la víspera por dos exalumnos en un colegio de Suzano, en la región metropolitana de Sao Paulo, que se suicidaron después de asesinar a ocho personas.
Miles de vecinos pasaron emocionados por la Arena Suzano de esta localidad situada a unos 50 km de la mayor ciudad de Sudamérica, convertida en el centro del horror desde que dos exalumnos de 17 y 25 años irrumpieron el miércoles en la escuela Raul Brasil acabando con la vida de cinco estudiantes y dos funcionarias, además de herir a otras once personas, antes de suicidarse.
Previamente, habían disparado al tío de uno de ellos, dueño de una tienda de autos, que falleció en el hospital.
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Los cuerpos de cuatro de los jóvenes, cuyas edades estaban entre los 15 y los 17 años, y de las dos funcionarias, de 38 y 59 años, fueron velados en un pabellón convertido en un enorme centro fúnebre presidido por numerosas coronas de flores.
Otro de los estudiantes y el tío de uno de los atacantes fueron despedidos en otras ceremonias.
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Los asesinos fueron enterrados en la intimidad y con refuerzo policial, según recogieron los medios locales.
Pese a que todavía no se sabe qué motivó a los atacantes -amantes de los videojuegos que acudieron armados con un revólver calibre 38, un hacha, cócteles molotov, una ballesta o un arco con flechas-, a medida que pasan las horas se van conociendo más detalles la matanza.
El video de una de las cámaras de seguridad de la escuela difundido por la cadena Band muestra escalofriantes escenas en las que se ve cómo uno de los asesinos entra en el edificio portando una gorra, se saca el revólver de la cintura y comienza a disparar con frialdad a un grupo de alumnos que conversaba en la entrada, abatiendo a varios antes de continuar su mortal trayecto hacia el patio.
Acto seguido, entra el segundo y ataca con un hacha a los heridos que yacían en el suelo antes de que una estampida de estudiantes despavoridos le rebasen corriendo cuando huían del otro agresor.
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Pese a ser uno de los países más violentos del mundo, este tipo de ataques es excepcional en Brasil, que debate si la matanza es atribuible a la influencia de imágenes de tiroteos en colegios y universidades de Estados Unidos o a la prédica a favor del porte de armas del presidente de ultraderecha Jair Bolsonaro, que flexibilizó recientemente su tenencia, y la bancada de la seguridad en el Congreso.
El peor precedente de una masacre de este tipo data de abril de 2011, cuando un exestudiante mató a 12 alumnos e hirió a otros 20 antes de suicidarse en la localidad de Realengo, en Rio de Janeiro.
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