Durante tres meses lucharon contra las llamas, que afectaron un área del parque nacional en Gospers Mountain.
Los bomberos australianos, exhaustos, afirmaron este lunes haber controlado un megaincendio a las afueras de Sídney, gracias a un clima más húmedo que promete un respiro muy necesario para el campo devastado por el fuego
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Los bomberos de Nueva Gales del Sur afirman tener bajo control el gran incendio de Gospers Mountain en las afueras del noroeste de Sídney, después de una lucha de casi tres meses.
En una visita a la zona este lunes, el jefe del Servicio de Bomberos Rurales de Nueva Gales del Sur, Shane Fitzsimmons, dijo que aún queda "una pequeña área en llamas por completar", pero que el "pronóstico de contención parece prometedor".
La Oficina de Meteorología prevé que algunas zonas podrían recibir hasta 50 milímetros de lluvia en la próxima semana, un alivio después de una sequía prolongada.
De cumplirse este pronóstico, para el Servicio de Bomberos Rurales de Nueva Gales del Sur vendrá a ser entonces "todos nuestros regalos de Navidad, cumpleaños, compromiso, aniversario, boda y graduación, todo en uno. Crucemos los dedos".
Aun así, todavía quedan decenas de incendios fuera de control.
Concierto benéfico
Los incendios provocados por el cambio climático han provocado una movilización internacional y donaciones para ayudar a la población y a los animales.
La flora y fauna únicas de Australia han sufrido un golpe catastrófico, con una estimación de 1.000 millones de animales muertos, e incontables árboles y arbustos quemados.
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La ministra de Medio Ambiente, Sussan Ley, advirtió que en algunas zonas, los koalas deben ser clasificados como una especie en peligro de extinción.
El gobierno prevé asignar inicialmente 50 millones de dólares australianos (35 millones de dólares estadounidenses) a la recuperación de la vida silvestre.
"Esto ha sido un desastre ecológico, un desastre que sigue en curso" declaró el Tesorero Josh Frydenberg cuando anunció la creación del fondo de emergencia.
Este fin de semana, Sídney celebrará un concierto benéfico para ayudar a los servicios de bomberos, la Cruz Roja y las organizaciones de defensa de los animales. Entre los principales artistas que actuarán figuran Alice Cooper, Olivia Newton-John y Queen.
Vertiente política
La crisis está teniendo un impacto en el ámbito político.
Una encuesta publicada este lunes muestra que la popularidad del primer ministro Scott Morrison ha caído en picado.
Según el sondeo Newspoll, el 59% de los votantes australianos están insatisfechos con la actuación del líder conservador durante la crisis de los incendios y solo el 37% la aprueba, un giro abrupto desde su sorprendente victoria electoral en mayo pasado.
Morrison ha sido muy criticado por su respuesta a la crisis, por haberse ido de vacaciones a Hawái, por haber bromeado y por declaraciones erróneas sobre las acciones del gobierno, así como por forzar de alguna manera a víctimas enfurecidas a estrecharle la mano.
Morrison comenzó la crisis insistiendo en que las autoridades locales tenían suficientes recursos para afrontar los incendios y que los bomberos voluntarios "querían estar allí".
También declaró en repetidas ocasiones que Australia estaba haciendo más que suficiente en el cumplimiento de sus objetivos de reducción de emisiones, lo que provocó protestas callejeras a gran escala.
Ante la violenta reacción, Morrison desplegó a los militares, lanzó la mayor llamada de reservistas en tiempos de paz, prometió miles de millones de dólares en ayuda, aumentó los salarios de los bomberos y sugirió que es posible que haya que trabajar más en el tema de las emisiones.