Sorpresivamente, en más de 2 millones y medio de hogares se apagó la señal de DirecTV. Ciudadanos protestaron con un cacerolazo.
El fin del servicio de la empresa que ofrecía televisión por suscripción a menos de 1 dólar al mes, con una parrilla de canales de entretenimiento e información, hizo que algunos venezolanos perdieran la paciencia.
“Estoy incomunicada. Con esta cuarentena, no tengo nada que hacer, no hay agua, no hay DirecTV, no hay gasolina”, “indudablemente estamos desinformados, uno se informa con los canales de afuera”, son algunos de los comentarios.
La decisión se desprende de una orden del sistema de justicia estadounidense de sacar de la parrilla los canales Globovisión y PDVSA TV, por una investigación sobre lavado de dinero.
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Ante esto, la respuesta de Nicolás Maduro fue exigir a la empresa la inclusión de esos canales para garantizar su señal al aire, el resultado: DirecTV apagó sus transmisiones, liquidando a más de 700 trabajadores.
En 2014 ya el gobierno venezolano había exigido a esta empresa y otros cableoperadores del país sacar del aire a canales de noticias incómodos para el régimen, como CNN, Caracol y RCN, entre otros.
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