“Eso es mentira (…) Cuba nunca va a ser más libre”, dicen algunos y otros creen que lo que busca es “legalizar el régimen de los militares”.
Esta reforma de la Constitución esconde un objetivo primero: establecer un "Gobierno de militares, de generales, supervisando a cargos técnicos para el mejor manejo por la nueva generación de los Castro", afirmó Orlando Gutiérrez, secretario general del grupo Directorio Democrático.
A juicio de Gutiérrez, con la anunciada reforma constitucional se convierte el Consejo General de Defensa en el gobierno "de facto" en la isla, se "debilita el poder civil" y, además, se avanza en los planes de Castro de fijar un gobierno de generales "supervisando a técnicos" en el terreno económico.
Se trata, resumió, de un "burdo" intento de "reeditar el manual para ser más efectivo el Estado en la opresión del pueblo cubano", un texto que, "bajo ninguna definición", se puede definir como Carta Magna.
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"Una Constitución es una carta de derechos que limita los poderes del Estado frente a la soberanía del pueblo y los derechos individuales", algo ausente en la cubana, que es solo un "manual de perfeccionamiento del control del Estado", hizo hincapié.
La Asamblea Nacional de Cuba (Parlamento unicameral) concluyó este domingo dos días de debates sobre el anteproyecto de reforma de la Constitución, que será sometido a consulta popular entre los próximos 13 de agosto y 15 de noviembre.
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En cuanto a la prevista eliminación de las referencias al comunismo en la reforma constitucional, Gutiérrez señaló que resulta mero maquillaje, ya que el Partido Comunista de Cuba (PCC) continúa siendo el único partido político permitido en la isla, además de ser el "gobierno real del país".
Al igual que Gutiérrez, Ramón Saúl Sánchez, presidente del Movimiento Democracia, sostiene que esta reforma constitucional no conlleva ninguna modificación del sistema político comunista en la isla caribeña.
"Sospecho que Raúl Castro quiere crear el puesto de primer ministro para alguno de sus hijos, Alejandro o Mariela, o a algún incondicional de la familia", apuntó Saúl Sánchez, quien está convencido de que esta reforma tiene como objetivo "darle protección a los intereses y seguridad de la familia Castro".
"No es que (Miguel) Díaz-Canel (presidente de Cuba) no sea un incondicional de Castro", pero una vez que Castro desaparezca puede que este albergue ideas que sean un "problema para la seguridad de los Castro", aventuró.
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También coincidió con Gutiérrez en que la exclusión de la palabra comunismo del texto constitucional es una simple "táctica", pues el Partido Comunista sigue siendo el único autorizado y ejerce como "rector de la sociedad cubana".
Y añadió: "Es un insulto a la inteligencia y una manera virtual de aparentar condiciones de una revolución progresista que ha liberado a los cubanos. En la realidad no hay nada de eso", sentenció.
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Por su parte, la opositora cubana Rosa María Payá, hija del disidente fallecido Oswaldo Payá Sardiñas, aseguró que la anunciada reforma constitucional es una herramienta que "necesita la dictadura desesperadamente para legitimarse ante el descontento del pueblo" y la "inminente desaparición física de los llamados 'líderes históricos'".
Opinó Payá que todo el proceso de la reforma es un "fraude" y "carece de garantías", y destacó que los "redactores del anteproyecto", miembros de la Asamblea Nacional, "no han sido elegidos por los ciudadanos cubanos" ni hay posibilidad de hacer campaña, ni presencia de observadores independientes.
Pero además, agregó, "gane el sí o gane el no, el resultado es el mismo: Partido Comunista a perpetuidad", porque "la dictadura" ya ha dejado clara la irrevocabilidad del socialismo y del partido comunista como "fuerza rectora de la sociedad y el Estado".
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