Es necesario garantizar "a nuestros hijos un futuro digno", dijo. Es el primer pontífice en ir a esa nación en 35 años.
El Papa Francisco comenzó el jueves su primer día de reuniones en Tailandia con un llamado a proteger la "dignidad" de los niños, aún víctimas de explotación sexual en el sudeste asiático, antes de celebrar una misa frente a docenas de miles de fieles.
Sus palabras van dedicadas a los más "vulnerables, maltratados y expuestos a todas las formas de explotación, esclavitud, violencia y abuso".
Estas declaraciones llegan treinta años después de la firma de la Convención de las Naciones Unidas sobre los Derechos del Niño y la Adolescencia, firmada el 20 de noviembre de 1989.
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Tres décadas después, el sudeste asiático todavía tiene muchos casos de explotación sexual de los más jóvenes. En la región, "casi el 70% de las víctimas de la trata con fines de explotación sexual son menores de la edad legal", destaca la Oficina de las Naciones Unidas contra la Droga y el Delito en su último informe de 2019.
Decenas de miles de niños son explotados por cámaras de video en línea, especialmente en Filipinas, pero también en Indonesia, Camboya y Tailandia.
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Frente al Primer Ministro Prayut Chan-O-Cha, el Papa elogió los esfuerzos de Tailandia para tratar de "eliminar este flagelo".
La posesión de pornografía infantil se considera un delito desde 2015 en el reino. En el mismo año, se creó en el país una fuerza especial para investigar la explotación sexual de niños en Internet.
Amplia mayoría budista
El Papa también abordó uno de sus temas favoritos, los desafíos migratorios, que considera "uno de los principales problemas morales que enfrenta nuestra generación".
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Francisco se propone también colocar su viaje bajo la bandera del diálogo interreligioso, elogiando una "nación multicultural y diversa" que muestra "respeto y estima por las diferentes culturas y grupos religiosos".
El papa de 82 años, ferviente defensor del diálogo interreligioso, se entrevistó con el 20º patriarca supremos, Somdej Phra Maha Muneewong, en uno de los lugares más simbólicos del budismo, una religión practicada por más del 95% de los habitantes del reino.
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Antes de entrar el templo histórico del patriarca de Bangkok, Francisco se descalzó y dejando ver sus medias negras.
Descalzo y envuelto en un tradicional manto "jee worn", el papa escuchó atentamente las palabras del patriarca.
"Desde la llegada del cristianismo a Tailandia, hace unos cuatro siglos y medio, los católicos, aun siendo un grupo minoritario, han disfrutado de la libertad en la práctica religiosa y durante muchos años han vivido en armonía con sus hermanos y hermanas budistas", dijo el papa.
"En este camino de la mutua confianza y fraternidad, deseo reiterar mi personal compromiso y el de toda la Iglesia por el fortalecimiento del diálogo abierto y respetuoso al servicio de la paz y del bienestar de este pueblo", agregó el papa, que exhortó a desarrollar iniciativas comunes de caridad hacia los pobres.
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Tailandia tiene alrededor de 300.000 monjes en 40.000 templos. Evangelizados por misioneros jesuitas a mediados del siglo XVI, los 400.000 católicos son ultra minoritarios.
El papa también tuvo este jueves una reunión privada con el Primer Ministro. Prayut Chan-O-Cha pasó cinco años al frente de una junta militar, pero fue nombrado jefe del gobierno civil después de las controvertidas elecciones parlamentarias de marzo.
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El pontífice se reunirá también en la jornada con el rey de Tailandia, Maha Vajiralongkorn, quien llegó al trono luego de la muerte de su padre, Bhumibol Adulyadej, en 2016, aunque fue entronizado en mayo pasado.
El monarca -uno de los más ricos del mundo y protegido por una draconiana ley de lesa majestad que castiga muy severamente cualquier crítica contra él- es el garante de la unidad del reino, que ha conocido doce golpes de estado desde 1932.
Durante esta jornada, Francisco también se reunirá en un hospital de la ciudad con cinco niños de Khlong Toei, el mayor barrio precario de Bangkok, donde viven unas 100.000 personas.
Fast, de 12 años y uno de los pocos católicos del barrio, es uno de ellos.
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"No sé mucho sobre el Papa, pero sé que él viene de Argentina y ama a los pobres", dijo a la AFP, mientras se preparaba para "este momento tan importante que nos da mucha esperanza".
Francisco, el primer Papa en visitar Tailandia en 35 años, finalmente celebrará la misa en el gran estadio de la capital, donde se esperan decenas de miles de fieles.
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Permanecerá hasta el sábado en Tailandia para luego seguir viaje hacia Japón, una segunda etapa de elevado peso político y simbólico ya que visitará a Nagasaki e Hiroshima, donde hace 74 años las bombas atómicas estadounidenses dejaron 74.000 y 140.000 muertos, respectivamente.
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