El sujeto, un italiano de origen senegalés, dijo que quería llamar la atención sobre la suerte de los migrantes africanos muertos en el Mediterráneo.
La Policía de Milán intervino para salvar a los ocupantes del vehículo, cuyo chofer amenazó con gasolina y un encendedor para que entregaran sus celulares y así amarrarlos con cables eléctricos a los asientos.
"Es un milagro, podría haber sido una masacre. Los carabineros han actuado en forma excepcional, bloquearon el autobús y salvaron a todos los niños", explicó Francesco Greco, el fiscal de Milán, en el norte de Italia.
El chofer fue arrestado por los cargos de "toma de rehenes, masacre e incendio", con el agravante de "terrorismo".
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Según su abogado, el hombre explicó durante el interrogatorio que deseaba "llamar la atención sobre las consecuencias de las políticas migratorias".
"Perdí a tres hijos en el mar", afirmó el conductor durante la toma de rehenes, según el testimonio de un adolescente, difundido por las redes sociales de los medios italianos.
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Ousseynou Sy, de 47 años y con nacionalidad italiana desde 2004, "actuó como un lobo solitario", sin vínculos con el islamismo radical, consideró en rueda de prensa el jefe de la célula antiterrorista de Milán, Alberto Nobili.
Sus actos fueron "premeditados" y "quería que el mundo entero hablara de su historia", explicó Nobili. El hombre publicó en YouTube un video explicando su acción.
Los 51 estudiantes, todos de secundaria, regresaban de una excursión deportiva junto con tres acompañantes adultos cuando el conductor cambió repentinamente de rumbo en la zona de San Donato Milanese y tomó a los pasajeros como rehenes.
"Nadie va a salir vivo de aquí", clamó, según contaron varios niños.
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"Nos amenazaba, decía que si nos movíamos derramaría la gasolina y prendería un fuego. No dejaba de decir que hay muchas personas en África que siguen muriendo y que es culpa de [Luigi] Di Maio y [Matteo] Salvini", los dos vice primeros ministros del país, contó una niña.
Uno de los niños logró llamar a los padres, quienes informaron a los carabineros.
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El conductor forzó un primer cordón policial antes de quedar bloqueado por tres vehículos de policía. Al verse ante los carabineros, prendió fuego al autobús, mientras los agentes rompían las ventanas para poder sacar a los niños, que gritaban y lloraban.
El autobus quedó totalmente calcinado.
Una docena de niños y dos de los adultos fueron trasladados al hospital por resultar ligeramente intoxicados por el humo.
"El ministerio del Interior está trabajando para ver si puede retirarle la ciudadanía italiana", informaron fuentes ministeriales, haciendo referencia a la aplicación de una controvertida medida aprobada el año pasado por Matteo Salvini para garantizar la seguridad y frenar la migración.
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