Pablo Villavicencio jamás imagino que hacer este domicilio le iba a salir tan caro.
Y es que, cuando llegó a la base militar en Brooklyn, le pidieron su identificación y terminó detenido. Todo como parte de las redadas en materia migratoria que tanta polémica han generado en EE. UU.
Sandra Chica, la esposa de Pablo, es colombiana. Asegura que ella y sus dos hijas están destrozadas.
“Espero que pueda estar con su padre ese día”, agrega con tristeza al referirse al cumpleaños número cuatro, el próximo 20 de junio, de una de sus pequeñas.
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Desde la detención, los contactos son limitados y la zozobra por su deportación aumenta.
Entretanto, legisladores republicanos buscan un consenso en esta materia con los demócratas, pero un acuerdo parece imposible.
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