El animal ha sido entrenado para detectar cuándo los niveles de azúcar están por encima o debajo de lo normal.
Por eso se ha convertido en el compañero inseparable de Isaías, un niño que vive en Kansas, Estados Unidos.
"Hace diferentes cosas, como husmear y elevar la nariz en el aire. También levanta la cabeza hacia atrás. Así es como yo sé que algo anda mal", dice Leslie Lewis, madre de Isaías.
El perro fue una donación de una pareja, que supo por la prensa local la necesidad que tenía Isaías de un guardián permanente. Por eso le donaron el animal entrenado, el cual costó aproximadamente 15 millones de pesos colombianos.
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El donante, Scott Hunsicker, también es diabético. El día que se conoció con Isaías y su familia, el perro le advirtió que su nivel de azúcar estaba fuera de lo normal.
“Siento un nuevo respeto por lo que esos perros pueden hacer”, indicó.
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Isaías y Midas solo llevan un mes juntos, pero la intención es que se acostumbren cada vez más el uno al otro, para que el perro acompañe también al niño al colegio para tranquilidad suya, de sus padres y sus donantes.