“No puedo respirar”, reclamó al menos cuatro veces Javier Ambler antes de perder la respiración. Fue detenido luego de una persecución de 22 minutos, en la que estrelló su vehículo cinco veces antes de su captura en Austin, Texas.
No estaba armado ni bajo efectos de sustancias alucinógenas, pero fue reducido en repetidas ocasiones con cargas de un taser. Minutos después no tenía pulso y los oficiales intentaron reanimarlo.
Ambler murió a las 2:37 de la mañana del 28 de marzo de 2019. Documentos de la Fiscalía califican la muerte como homicidio pero, un año después, no hay responsables. El afroamericano llevaba luces altas y por eso fue perseguido.
En Mount Vernon, Virginia, el accionar fue el mismo. El oficial Tyler Timberlake redujo con varias descargas a una persona aparentemente bajo los efectos de sustancias alucinógenas que pedía ser desintoxicado.
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"No puedo respirar", también gritó al ser reducido. El oficial fue acusado y podría enfrentar hasta 36 meses de prisión.
Otro incidente de brutalidad policial se presentó en Nueva Jersey.
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Al menos seis veces el oficial Randall Wetzel accionó su arma contra el afroamericano Maurice Gordon, de 28 años, quien luego de conducir su vehículo a más de 170 kilómetros fue requerido por el oficial.
Varios minutos estuvo sentado en la patrulla, pero cuando decidió bajarse empezó un forcejeo. Según el oficial, Gordon intentó tomar por la fuerza su arma de dotación. Al final, Recibió cuatro disparos.
Al igual que George Floyd , respiraron por última vez bajo la represión de la Policía.