El viernes pasado, en medio deltoque de queda
, decidió perseguir a unos supuestos vándalos. Ahora se debate entre la vida y la muerte.
Martín Nieto, de 28 años, se convierte así en otra de las víctimas que dejó el pánico colectivo que se desató el 22 de noviembre en Bogotá. Esa noche corrió, como pólvora, el rumor de que grupos delincuenciales estaban asaltando conjuntos masivamente.
Varias personas, víctimas del miedo, se armaron y decidieron cuidar su casa. En este marco, hubo incluso disparos al aire y balas perdidas. Al final, el propio alcalde Enrique Peñalosa dijo que no había habido reporte alguno y que todo se trataba de una campaña de pánico.
“Nos encontramos junto a los vándalos, perseguimos a los vándalos y, en ese momento, recibió un disparo”, dijo Juan Pablo Solorsano, amigo de Martín.
Malherido, el hombre fue trasladado al hospital San José Infantil. Allí se encuentra, en la unidad de cuidados intensivos, luchando por su vida.
“Mi hermano estaba consciente, con una bala en la mitad del cerebro. El neurocirujano nos dijo que, posiblemente, no podía sacar la bala porque estaba muy adentro”, afirmó María Carolina Nieto, hermana de la víctima.
El hombre, padre de una menor de edad, cayó herido en el barrio San Miguel, localidad de Barrios Unidos.
Lamentablemente, este no es el único caso. Otro señor que salió a cuidar su casa perdió la vida en Usaquén, por una bala perdida, el viernes en la noche
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