Tras tres días de arduas discusiones, la bancada oficialista salió victoriosa, mientras que el partido de la U quedó al margen de las presidencias en el Legislativo.
Luego de un largo debate entre los miembros afines al nuevo gobierno, hubo humo blanco frente a la forma en que se repartirán las dignidades en el Congreso.
Según lo acordado, el Centro Democrático presidirá el Senado en el primer año. Luego lo sucederá el Partido Liberal, el partido Conservador y, por último, Cambio Radical.
El gran perdedor fue el Partido de la U, que no tendrá presidente en el Senado o en la Cámara en ninguno de los periodos.
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