Katie Harpur, de Irlanda del Norte, empezó a sentir fuertes dolores estomacales y náuseas cada vez que comía. Debido a los malestares, vomitaba constantemente, a tal punto que llegó a pesar un poco más de 30 kg.
La llevaron al médico y este asoció el poco peso de la joven a un posible trastorno alimenticio.
Para 2014, debió ser ingresada de urgencia a un centro médico debido a que cada vez estaba más delgada y casi no podía consumir alimentos.
Le practicaron varias pruebas médicas, entre ellas una colonoscopia. Los resultados mostraron que Harpur tenía la enfermedad de Crohn.
De acuerdo a Mayo Clinic, la enfermedad de Crohn “es un tipo de padecimiento intestinal inflamatorio”.
Esta enfermedad, la cual no tiene cura, puede ocasionar complicaciones mortales. Además, sus síntomas más comunes son dolor abdominal, diarrea, anemia, fatiga y pérdida de peso.
La joven le dijo a Independent que cuando cumplió 21 años le debieron colocar una bolsa de ostomía temporal (un medio de recolección de desechos), pero tras el paso de los meses, esto le causó problemas de salud.
La mujer, quien ahora tiene 25 años, decidió colocarse el dispositivo nuevamente, pero de manera permanente, lo cual, dice, “ha cambiado su vida”.
Agradece tener el dispositivo, pues ahora puede salir a socializar, acto que en el pasado le costaba. Su mayor miedo era asistir a lugares en donde no había baño.
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