Expertos advierten que medicamentos se están utilizando como depresores del sistema nervioso y alumnos esconden alucinógenos en sus partes íntimas.
Aunque parece difícil aceptarlo, hace mucho que las drogas ingresaron a los salones de clase.
“Afortunadamente en niños de 9-10 años no es un fenómeno tan grande, pero sí estamos encontrando cada vez más casos en niños de primaria. En mi concepto, la edad crítica está entre los 13 y los 19”, explica Jorge Quiteño Londoño del Consejo Nacional de Prevención Contra la Droga.
Orlando Cardona, coordinador de Fundesap y quien vivió en carne propia la drogadicción, da algunas razones por las cuales no logra controlarse la venta de alucinógenos en entornos escolares.
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“¿Que hace la Policía? Pues registra la maleta porque hasta ahí tienen derecho. Pero las niñas ya en su vagina meten droga, los pelados en su parte íntima; como saben que no pueden requisarlos allá. El jíbaro no está afuera, el jíbaro está adentro del colegio”, señala.
Para ambos expertos, el problema está en la falta de información sumada a la indiferencia de los padres.
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