Quienes no se hacen los locos con este tema tienen mejor digestión, metabolismo y rendimiento.
En la planeación del día es recomendable sacar 10 o 15 minutos para tomarse un desayuno equilibrado, que siempre tenga una fruta, una dosis de proteína (jamón, queso, huevo) y una harina. También consumir lácteos.
Procure desayunar dentro de las dos primeras horas después de levantarse.
Se ha demostrado que el exceso de peso es mayor entre las personas que no desayunan que en quienes sí lo hacen.
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Tanto en niños como en adultos, no consumir desayuno interfiere en el aprendizaje, la atención y la productividad.