Un niño o adolescente no se mata de la noche a la mañana. En la casa es donde se puede prevenir y detectar. Amarlos, conocerlos y escucharlos, la clave.
Entre enero y julio de 2018 se quitaron la vida 156 menores de edad. De estos casos, 92 fueron de personas entre los 15 y 17 años, según cifras de Medicina Legal.
“Una de las razones está en los débiles vínculos con los papás, con las redes familiares, con personas que les digan que los quieren, que los tengan en cuenta, que los valoran, que los halagan”, explica Victoria Cabrera, psicóloga de familia.
Carlos Valdés, director de Medicina Legal, advierte que “hay una situación de desamparo a la niñez, desamparo a la adolescencia”.
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Por su parte, Henry Alejo, psicólogo de la Secretaría de Salud de Bogotá, detalla que las señales “están relacionadas con el aislamiento, y rasgos de tipo depresivo que, a veces, los adolescentes son incapaces de comunicar”.
De acuerdo con una investigación de la Universidad de la Sabana, llama la atención lo que los adolescentes buscan en internet y la carencia que eso evidencia.
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“Si bien los jóvenes encuentran mucha información en internet sobre sida, aborto y bisexualidad, casi no les hablan acerca de cómo saber si el novio-novia es el adecuado/a, de las relaciones afectivas”, asegura la psicóloga Victoria Cabrera, que invita a los papás a monitorear lo que hacen sus hijos en las redes.
Pero la invitación más importante es a amar. “Nadie se resiste ante un beso o una caricia (…) hay que oírles lo que sienten”, recalca la experta.
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