Lisbeth Rojas no se arrepiente de haber permitido que operaran a su hijo, hoy completamente saludable, cuando aún estaba en su útero.
Esta madre, que regresará a Bucaramanga después de que den de alta a Ian, se enteró que su bebé tenía un problema en la columna en la semana 24 de embarazo.
El niño fue diagnosticado con mielomeningocele, un defecto en el que las vértebras no se forman adecuadamente, lo que hace que estructuras como la médula espinal y las meninges salgan en la espalda.
A Lisbeth le dieron tres opciones: no hacer nada y dejar que el niño naciera con los problemas neurológicos que eso acarrearía, someterse a la fetoscopia o interrumpir el embarazo.
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Ella decidió darse una oportunidad como madre y dársela también a su bebé.
Mauricio Herrera, jefe del departamento de medicina maternofetal de Colsánitas, explicó cómo fue el procedimiento y ahora, 90 días después del nacimiento de Ian su mamá y él están listos para regresar a casa.
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