En el afán por alimentarlos bien, recurren a estrategias que empeoran la situación y crean en los pequeños aberración por ciertas comidas.
1. No cambiar los alimentos cuando no comen. “No te lo comiste, acá te lo guardo y te lo comes cuando te dé hambre”, piensan los padres, dice la nutricionista y dietista Andrea Ossa.
2. Dejar a los pequeños en la mesa hasta que coman. “Lo sienta, dura una hora, pero el niño se aburre (…) Un niño que no comió en 20 o 30 minutos ya no va a comer”, explica la especialista.
3. No cambie la mesa del comedor por otro lugar. Sentarlo en la cama y otro sitio, eso no creará el hábito en el niño de un lugar para comer.
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4. No persiga al niño por toda la casa. El menor se pone a comer, puede atorarse con la comida y ve como un castigo la hora de alimentarse.
5. No involucrarlo en la preparación de la comida. También beneficia que ayude a seleccionar el mercado y elija los alimentos sanos que le gustaría consumir.
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6. Consultar con el “doctor” Google. No sean tercos: si tienen dudas sobre este y otros temas médicos, lo mejor es consultar con el que sabe, el pediatra.