Se encuentran en nuestros jardines o mercados orgánicos. No solo decoran los platos, también deleitan el paladar y brindan beneficios nutritivos y medicinales.
Bellas, delicadas y suaves. Las flores nos ofrecen aromas, texturas y sabores que despiertan nuestros sentidos, y todos podemos disfrutarlas al consumirlas.
"Para comernos una flor es fundamental que provenga de cultivos orgánicos, libres de agroquímicos como herbicidas y pesticidas. Esto es lo que garantiza que esas flores nos aporten su contenido de vitaminas, minerales, enzimas y antioxidantes, y ojalá que sean cosechadas para fines alimentarios", explica Lucy Hoyos, nutricionista y dietista.
Entre las flores que podemos comer se encuentran las violas, también conocidas como ‘mini-pensamientos’, de sabor agridulce, al igual que las flores de feijoa, de saúco, de abutilon, de cayena y las de prímula en todos sus colores.
De sabor ácido-cítrico puede elegir las flores de pichón y las begonias.
"Las begonias en cualquiera de sus colores son muy refrescantes. Por su sabor ligeramente ácido y amargo, se pueden consumir acompañando las ensaladas de frutas. También de sabor amargo se pueden consumir los pétalos de la flor de girasol, como un toquecito de las ensaladas de hortalizas", sugiere Hoyos.
Además, se recomiendan las flores de caléndula, las de diente de león, las de cilantro y las de lechugas como la rúgula. Si gusta un sabor picante suave, seleccione las flores de capuchina, de cebollín, de calabaza o la flor llamada fucsia bailarina o zarcillo.
"Y con el sabor que va de dulce a ligeramente picante, los pétalos de rosas. Se consumen en fresco, en infusión, y se usan en diferentes preparaciones en repostería y otros platos. Todas las flores evocan lo delicado, lo sutil o la más sublime de la naturaleza y nos conectan con todos nuestros sentidos. Ese deleite también nos nutre el cuerpo y el alma", recalca la nutricionista.
Por su parte, las plantas medicinales nos brindan alivio y nos ayudan a equilibrar nuestro organismo. Entre las que más se destacan están las flores de manzanilla dulce, las de romero, las de hinojo y las de borraja.
Las flores comestibles se encuentran cada vez más presentes en la gastronomía. Se usan en una gran variedad de platos y son compatibles con diversos grupos de alimentos. Muchas escuelas de cocina enseñan cómo sacarles el mejor provecho y hasta tienen clasificados sus sabores y modos de utilizarlas.
La tendencia a la comida sana toma fuerza en el mundo y las flores están disponibles para consumirlas en casa.
“Desde hace un año que llevo alimentándome solamente a base de plantas, tengo mucha más vitalidad y, sin duda alguna, las flores han hecho parte fundamental de este proceso", reconoce Doris Hernández.
Atrévase a explorar diferentes recetas. Con las flores podemos sentirnos mejor y en conexión con todo lo que la naturaleza tiene para darnos.
Mayores informes en 'Sol de siembra' (@HuertasOrganic1
) y con el chef Alejandro Cuéllar (Alejandro Cuéllar 'Cocina silvestre' en Facebook).
Updated: marzo 11, 2019 09:47 a. m.