Esta importante declaratoria se logró luego de un minucioso registro del Batallón No. 6 de Desminado Humanitario que llegó hasta la zona.
Solo hasta determinado sitio de su finca podía llegar Tulio Marino García, un campesino de Timbío, Cauca, quien temía ser víctima de algún artefacto explosivo abandonado por grupos armados que transitaron por la zona durante años.
“Gracias a la labor que está haciendo el batallón, hoy vemos que podemos andar tranquilamente y sobre todo trabajar en el campo libremente que es lo más importante”, afirma.
Como Tulio, miles de campesinos de este municipio podrán transitar libremente por campos y veredas, gracias al desminado humanitario.
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El alcalde de la localidad, Libardo Vásquez, dijo que de esta forma termina la zozobra para los habitantes de su municipio, afectados por décadas por el conflicto armado.
“Más de doce tomas guerrilleras, también desde el año 1999 al 2003, la presencia de los paramilitares y sobre todo la zona occidente de nuestro municipio fue afectada con minas anti personas”, señala el primer mandatario de Timbío.
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El trabajo fue adelantado por el batallón de desminado humanitario: “Fueron más de 39 metros cuadrados que se trabajaron, donde 64 mil personas aproximadamente salen beneficiadas”, señala el general Jorge Herrera, comandante de la XXIX Brigada del Ejército Nacional.
En el suroccidente del país, más de 11 mil personas resultaron afectadas por estos artefactos no convencionales, 4.000 de la población civil y 7.000 de la Fuerza Pública, según el ejército.
En otros cinco municipios del departamento del Cauca, el Batallón No. 6 de Desminado Humanitario, trabaja en esta labor de liberar a los campesinos de la región de estos artefactos explosivos no convencionales.