Cada martes centenas de jubilados acuden a la cafetería de un Ikea de Shanghái con la esperanza de encontrar una pareja, de enamorarse, de romper la soledad que invade el último tramo de su vida.
Esta cita semanal tiene más de 10 años de existencia, a pesar de que la multinacional sueca intentó impedir que su cafetería fuera la sede de este singular club de corazones solitarios.
"No me da vergüenza decirlo, no solo los jóvenes necesitan amor. Los ancianos también", dice a la agencia AFP Qingqing, un exdirector de un hogar de ancianos.
"Estoy solo todo el tiempo. Siento que la vida es aburrida a mi edad. Siempre quise tener pareja", comentó Gu Yijun, un instructor de manejo jubilado de 73 años. Suele viajar una hora y media en transporte público para llegar a las citas.
En un principio, Ikea intentó impedir las reuniones, aumentó la seguridad, acordonó las mesas y puso rótulos de prohibición. Pero el asunto saltó a la prensa china e internacional y, finalmente, el almacén tuvo que ceder.
Ikea "se enteró de la soledad de los ancianos quienes necesitan cuidado e interacción, por lo cual la tienda les brinda un sitio donde se pueden sentir en casa y encontrarse con amigos", dijo a AFP un representante de la empresa.
El pintor Li Shiqi, con 10 años de frecuentarlos, apuntó que algunos tienen estándares "bastante altos", pues "me han dicho que el porcentaje de éxito aquí es inferior al tres por ciento".
Finalmente, Li tuvo suerte el mes pasado, aunque su amante está de viaje. "Estábamos un poco enamorados el uno del otro por su buen aspecto y su edad relativamente joven", dijo el hombre de 74 años.
En China hay más de 297 millones de personas de 60 años o más y una cuarta parte son solteras, según datos oficiales.
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