En enero de 2024, Ty, un gato naranja de Indiana, Estados Unidos, fue entregado al refugio local Vanderburgh Humane Society. Al verlo, los trabajadores del centro quedaron impresionados, pues la mascota estaba en un alto nivel de obesidad.
El gato llegó pesando 30 libras, el doble recomendado para un ejemplar de su raza, algo considerado como peligroso para su salud, pues puede traerle problemas de corazón, respiratorios y en la piel.
Antes de ponerlo en adopción, el centro decidió ponerlo en un plan de pérdida de peso para mejorar su calidad de vida. La natación, el ejercicio escogido para esta tarea.
"Mucha gente piensa que es lindo cuando es como ese gato tipo Garfield, pero no es lindo. La calidad de vida de Ty se ve afectada en este momento, por lo que queremos brindarle una buena calidad de vida y sabemos que el hogar adoptivo cumplirá con sus restricciones de dieta y ejercicio", comentó Mackenzee McKittrick, empleada del refugio, a medios locales.
Aunque al principio, el gato estaba reacio a la piscina, la constancia lo ha llevado a perder 3 libras, un esperanzador comienzo para su viaje a conseguir una nueva familia.
"¡Bueno, mira a este dulce chico ahora! ¡Es todo un nadador! Tomó tiempo y tranquilidad, pero este tipo es todo un soldado y no se preocupa ni pelea y está nadando solo a través de la piscina", destacó uno de los empleados del centro.
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