Sara y Brandon Perry planeaban casarse el viernes 16 de febrero, pero sus planes cambiaron cuando su bebé quiso nacer el Día de San Valentín, es decir, dos días antes.

Según el programa Good Morning America, Sara tenía 35 semanas de embarazo, por ello creyó que lograría llegar al día de la boda, pero todo se complicó en la noche del 13 de febrero, cuando rompió fuente.

“Esta bien, supongo que no vamos a llegar hasta el viernes”, comentó Brandon, pues debieron salir corriendo al Hospital Saint Luke’s East en Missouri, Estados Unidos.

Sara le comentó a las enfermeras que probablemente se perderían su boda

Una de las mujeres le dijo "sé que suena loco, pero si lo desean podemos tener a un ministro que los case, pues él está teniendo un bebé justo aquí”.

Sara y Brandon aceptaron casarse en el hospital. Además, el día anterior obtuvieron su licencia de matrimonio, la cual justo estaba en su camioneta.

“Ambos queríamos, así que no hubo razón para retrasarlo”, recalcó Brandon.

Esta íntima boda se festejó por todo lo alto a pesar de que Sara tenía constantes contracciones. Hasta se realizó el tradicional lanzamiento del ramo con las enfermeras.

Cuidaron hasta el más mínimo detalle

Debido a que Sara no tenía su vestido de novia, ella improvisó uno con una sábana blanca y las enfermeras hicieron un velo con gasas.

Nueve horas después de la boda nació el pequeño Oliver. “Es oficialmente el San Valentín más dulce que he recibido y lo celebraremos en los años venideros, lo cual es maravilloso”, concluyó Sara.

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