Taylor Ice creía tener un embarazo normal, pues todos los exámenes médicos que le realizaron durante los 9 meses de gestación manifestaban que su hija se estaba desarrollando con normalidad.
Llegó el día del anhelado parto y por fin logró conocer a su hija, Wrenley, pero empezó a preocuparse cuando la niña no abrió los ojos.
La bebé fue diagnosticada con anoftalmia, “un defecto de nacimiento en el cual el niño nace sin uno o ambos ojos”, según Centers for Disease and Prevention.
Tras una serie de exámenes, los médicos también informaron que la niña no produce la hormona cortisol, lo cual puede afectar el crecimiento de sus huesos.
De acuerdo con expertos citados por PlayGround, solo 30 personas han sido diagnosticadas con esta condición.
Puede que los padres hayan transmitido a la bebé una mutación genética sin saberlo, provocando una anomalía en el gen PRR-12.
Taylor relató que los médicos le hicieron una cirugía a Wrenley para abrir sus párpados y colocarle unas prótesis, esto con el fin de que la estructura facial se desarrolle correctamente y en el futuro puedan colocarle ojos de cristal.
“Wrenley es feliz y saludable, pero corre un mayor riesgo de sufrir discapacidades y retrasos en el desarrollo debido a su condición. Tenemos la esperanza de que con recursos, ayudas, apoyo y amor, ella prospere y tenga una larga y feliz vida”, comentó Taylor.
Los tratamientos de Wrenley no han sido nada económicos, por ello Taylor y su esposo crearon una recaudación de fondos a través de GoFundMe.
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