Gabriela Rodríguez, una ecuatoriana que trabajó durante 2 años en el área de servicios generales de un bufete de abogados de Londres, fue despedida luego de haberse comido un sándwich de atún que iba a ser botado a la basura.
De acuerdo con el sitio web que hizo la denuncia, RollOnFriday, “el presunto delito de la mujer fue haber comido un sándwich de atún de 1.90 dólares que había sobrado de una reunión y debía ser desechado”.
Uno de los abogados se quejó con la empresa que contrató a Gabriela, lo cual provocó su despido.
Al parecer, Gabriela apeló la decisión de su despido, pero la empresa de limpieza se negó a reintegrarla alegando “robo es robo”. Además, no querían “molestar” a la firma de abogados.
Un portavoz de la firma de abogados le dijo al medio Business Insider que “este es un asunto privado entre Total Clean y Gabriela, pero le hemos dejado claro a Total Clean que no nos opondríamos, como nunca lo hemos hecho, a que Gabriela asista y trabaje en nuestras instalaciones si ellos cambian su posición”.
El sindicato que representa a los trabajadores inmigrantes en el Reino Unido, United Voices of the World, se pronunció y alegó que si Gabriela no fuera latina y tuviera un vocabulario más extenso en inglés, la firma de abogados no la hubiera despedido.
Por su parte, The Guardian reveló que el sindicato expuso ante un tribunal laboral el actuar del bufete y de la empresa de limpieza por “despido improcedente y discriminación racial directa o indirecta”.
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