El ciclista británico, líder del Tour de Francia, afirmó que la competencia no está todavía decidida, pensando en la contrarreloj del sábado en Marsella.
Froome llegará a esa penúltima etapa con 23 segundos de margen sobre el francés Romain Bardet y 29 de ventaja con respecto al colombiano Rigoberto Urán.
"Lo que hay que hacer es no perder la carrera. No hay que ganarla, sino no perderla. Habrá que dejarlo todo en la carretera y luego ya veremos. Está muy ajustado entre los tres primeros de la clasificación general. Queda mucho por decir", valoró la estrella del Sky tras la etapa 19, que ganó el noruego Edvald Boasson Hagen.
"Yo me siento bien. Voy a afrontar esta contrarreloj como todas las que disputé anteriormente. Voy a entregarme al máximo y no voy a asumir riesgos a lo loco", afirmó.
La contrarreloj del sábado en Marsella será de 22,5 kilómetros, superior a la de 14 kilómetros que abrió esta edición en Düsseldorf (Alemania).
"Como hice en Düsseldorf, cuando pueda forzar, forzaré, pero no es una etapa en la que vaya a poner todo en riesgo. Estoy en una situación fantástica ahora, prefiero estar donde estoy que segundo, tercero o cuarto y tener que recortarle tiempo a alguien. Eso me da mucha confianza", estimó.
En la contrarreloj del sábado, Froome tendrá que lucir el maillot amarillo suministrado por el Tour y no el del Sky, algo a lo que el británico restó importancia.
"He llevado la combinación suministrada por la organización casi cada vez que he ganado el Tour y eso nunca me supuso ningún problema. Al final, lo que importa son las piernas", sentenció en su conferencia de prensa de este viernes tras la llegada a Salon-de-Provence.