Davide Martinelli se convirtió en domiciliario en la región de Lombardía, donde ayuda a solucionar las necesidades básicas de los ancianos.
El corredor del Astana, hijo del director del equipo Giuseppe, se ofreció voluntario para ayudar a los ancianos en su pueblo de Lodetto, en Lombardía, una región muy afectada por el coronavirus.
Si bien el confinamiento de ciclistas profesionales italianos se ha decretado durante más de una semana debido a la pandemia de Covid-19, Davide Martinelli ha encontrado la forma de ayudar a los más necesitados y a la vez de tomar contacto con la bicicleta.
"Tengo una bicicleta, dos piernas, una máscara, guantes y una mochila, así que descubrí que podía ser útil para las personas mayores en el pueblo que no pueden moverse. Sentirse útil no tiene precio", dijo a Tuttobiciweb el compañero de Miguel Ángel López.
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Martinelli, nacido en Brescia, tiene dos victorias en su palmarés, pero con su gesto ha logrado el mayor trofeo de su vida, el de la solidaridad con los más necesitados.
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