El colombiano ingresó al 36’ tras las molestias físicas sufridas por Arturo Vidal.
James Rodríguez entró al terreno de juego del estadio Ramón Sánchez Pizjuán y su efecto fue inmediato. Con el marcador en contra, tomó el balón, avanzó unos metros y abrió la cancha con Franck Ribéry para que el francés centrara con tanto peligro, que al final Juan Navas terminó enviándola al fondo de su propia portería.
Sin bien no fue ese hombre que vimos el fin de semana pasado, cuando anotó y asistió en dos ocasiones a sus compañeros, durante el encuentro que el Bayern le ganó 6-0 al Borussia Dortmund.
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James, frente a Sevilla, fue el socio de todos en el medio campo. Siempre estuvo al lado del español Javi Martínez para sacar al equipo después de cada recuperación. Y cada vez que pasó el balón por sus pies, intentó abrir la cancha con Ribéry y/o Thomas Müller.
De hecho, a medida que pasaban los minutos y con la ventaja en el marcador, luego del gol de Thiago Alcántara en la segunda parte, el colombio se salió de su guion y probó pegándole de media distancia. Sin embargo, sus remates encontraron bien parado al portero local.
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Al final del encuentro, se le vio charlando con su compañero de Selección Luis Muriel. Ambos esperan ser titulares en el juego de revancha el próximo 11 de abril en el Allianz Arena.
Aunque antes, James confía llegar a este duelo siendo campeón de la Bundesliga. Bayern necesita únicamente ganarle el próximo sábado al Augsburgo para quedarse con su sexto título liguero consecutivo.