La rabia, el corazón y la fe de unos New York Knicks que jamás se dan por vencidos les dio este lunes el triunfo frente a los Sixers por 104-101, en la NBA, y el 2-0 en una serie que ahora viajará 150 kilómetros al sur hasta Filadelfia.
No fue una noche de altos vuelos y baloncesto espectacular en el Madison Square Garden, pero estos Knicks de impresionante sacrificio se manejan como nadie en los partidos atravesados, peleando en las trincheras y lanzando órdagos en cada rebote o balón dividido.
Parecía que todo estaba perdido para los neoyorquinos con un -5 a falta de 47 segundos, pero un triple de un Jalen Brunson negado durante toda la velada, un robo a Tyrese Maxey y un triple épico de Donte DiVincenzo con 13 segundos por jugarse le dio la vuelta al marcador entre el delirio de la afición local.
Maxey asumió la responsabilidad en los Sixers pero su bandeja fue taponada por Isaiah Hartenstein.
La remontada de los New York Knicks en los últimos 40 segundos de partido 🤯pic.twitter.com/hsj5V0M60g
— Pasion Basket (@PasionBasketNBA) April 23, 2024
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Los de Tom Thibodeau esquivaron con victoria otra actuación muy desacertada de Brunson: el base anotó 24 puntos pero con un pésimo 8 de 29 en tiros y en ningún momento pudo dominar a los defensores que Nick Nurse le puso encima (Kelly Oubre Jr., Kyle Lowry, Nicolas Batum...).
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Por su parte, los Sixers se fueron de vacío tras acariciar un triunfo que habría sido crucial para robar el factor cancha y ahora tendrán que lidiar con el golpe moral de camino a Filadelfia.
Joel Embiid (34 puntos, 10 rebotes y 6 asistencias) y Tyrese Maxey (35 puntos, 9 rebotes y 10 asistencias) fueron los mejores de unos Sixers otra vez meritorios y otra vez sin premio.