Los fanáticos que recuperaron la libertad formaban parte de un grupo de doce seguidores del equipo brasileño que fueron detenidos el pasado 20 de febrero, cuando el Corinthians visitó al San José en un partido de la segunda fase de la Copa Libertadores.
En medio de ese partido, el boliviano Kevín Beltrán, de 14 años, murió por el impacto de una bengala disparada desde la tribuna que ocupaban los seguidores del equipo brasileño, de los cuales doce fueron detenidos como presuntos responsables.
"Esperamos que, en breve, todos puedan regresar a sus hogares", declaró el ministro Carvalho, quien aseguró que el Gobierno de Brasil "hizo esfuerzos reales" para asistir a los detenidos mediante el "diálogo" y la "diplomacia".
Carvalho admitió que las negociaciones con las autoridades del país andino fueron "difíciles" por momentos, "porque se trata de una nación con una legislación propia, que debe respetarse".
El ministro de Justicia, José Eduardo Cardozo, quien viajó a La Paz y a Oruro varias veces para interceder por los seguidores del Corinthians, dijo por su parte que el Gobierno brasileño garantizará la debida asistencia a los cinco que permanecen detenidos.